Colección: Ajedrez (De la vida al juego) por Immanuel Mendoza
Esta colección de arte, profundamente trágica y perturbadora, simboliza el ajedrez como una metáfora de la vida misma, presentando una narrativa visual donde cada pieza en el tablero encarna aspectos del destino humano: lucha, sacrificio, muerte y desesperanza. Las obras están envueltas en una atmósfera sombría, donde los personajes, descarnados y despojados de su piel, se revelan en su forma más cruda y vulnerable, atrapados en una danza macabra de muerte y desmembramientos.
La colección utiliza un estilo inspirado en el claroscuro de Rembrandt, con luces y sombras que proyectan una sensación de angustia y desesperación. En este ajedrez existencial, los peones no son simplemente piezas sacrificables, sino seres desolados que enfrentan su inevitable aniquilación con cada movimiento. Los reyes, reinas, alfiles y caballos se muestran en su fragilidad y tormento, cada uno representando una faceta de la tragedia humana, donde el poder y la jerarquía se convierten en ilusiones fugaces ante la certeza de la muerte.
El tablero se transforma en un campo de batalla visceral y sangriento, donde cada jugada es un acto de violencia y cada victoria, una pérdida inminente. Los cuerpos desmembrados y los rostros cubiertos en desesperación y sufrimiento evocan la brutal realidad de la condición humana: una constante lucha por la supervivencia en un mundo indiferente y caótico. La textura del lienzo, rica en rojos oscuros, marrones terrosos y negros profundos, refuerza esta sensación de agonía y finitud.
"Ajedrez de la Vida" no solo explora la inevitabilidad de la muerte, sino también el dolor de la existencia y el sacrificio que todos, sin importar su posición en el tablero, deben enfrentar. A través de esta colección, el ajedrez deja de ser un simple juego estratégico para convertirse en una alegoría trágica de la vida, donde cada pieza, sin importar su rango, está destinada a encontrar su fin en una batalla sin ganadores.