Matador

Erick Sommet

Escultura

Bronce

110 x 30 x 30 cm

Cuando el valor moral está en juego, lo que cuenta no son las acciones, lo que uno no ve, sino los principios internos de acción que uno no ve, Immanuel Kant dice que "no solo hay agresión y violencia en la Naturaleza" por igual en el matsyanyāya se habla del pez grande que se come al pez más pequeño, dando lugar a la idea de que hay salvajismo dentro del alma humana.

Por otra parte la idea de Rousseau de que el hombre es muy bueno condujo a la ingenua opinión de que la violencia es una consecuencia de los males sociales solamente, pero en mi opinión la sociedad solo encarna lo que ya existe como potencial en cada individuo, y la violencia es un impulso fundamental de la vida. Tanto como Hobbes y Sade representan remotamente opiniones psicológicas con mayor precisión que Locke, Rousseau o los liberales contemporáneos.

El deseo es el impulso de la vida para una nueva y mayor expresión a través de sí, es un don espiritual que lleva a la alegre experiencia y expresión de quién eres realmente, y al desarrollo y cumplimiento del propósito que solo uno puede cumplir. El deseo guarda las semillas para su propia realización, dentro vive la inspiración para cada acción siguiente, el deseo expresó da luz a la vida abundante y la experiencia de mayor viveza.

En la mente humana, la violencia y el deseo están intrínsecamente conectados, y ahora están respaldados por la investigación científica. Los procesos neuronales detrás de la atracción sexual y la violencia son tan similares que pueden fomentar que ambos rasgos emocionales se demuestren en alguna forma simultáneamente. La violencia puede y ha demostrado históricamente que es un medio por el cual se pueden expresar los deseos carnales.