Heridas que sanan

Maria Antonieta 

Acrilico con cera 

80 x 100 cm

Esta obra evoca una sensación profunda de melancolía y vulnerabilidad. El corazón rojo, colocado en el centro de la composición, parece flotar en un espacio sombrío y texturizado. Su color vibrante contrasta con el fondo oscuro y terroso, creando una tensión emocional que refleja tanto su fragilidad como su resistencia. El corazón está marcado, tal vez con cicatrices o costuras, como si hubiese sido reparado tras haber sufrido. Estas marcas sugieren una historia de dolor, pero también de sanación y fortaleza, como si cada herida hubiese contribuido a su formación y supervivencia.

El fondo es difuso, con tonos marrones, verdes y dorados apagados, lo que acentúa la sensación de soledad y introspección. Las texturas y los patrones difuminados alrededor del corazón pueden representar el paso del tiempo o las complejidades de las emociones humanas. Hay una sensación de movimiento suave, como si el corazón estuviera siendo arrastrado por una corriente invisible, pero sigue siendo el punto focal de la obra, irradiando una silenciosa fuerza interna.

Desde una perspectiva romántica, esta obra podría representar el viaje del amor, que atraviesa sufrimiento y cicatrices, pero nunca deja de latir. A pesar de las heridas visibles, el corazón sigue adelante, resonando con la esperanza de seguir amando a pesar de todo lo vivido.