Es una artista plástica mexicana que explora la conexión entre el cuerpo, la naturaleza y el tiempo. Su obra trasciende lo visual para abrir un espacio de contemplación y sentir. A través de texturas, colores y formas orgánicas, invita a quien observa a moverse entre lo tangible y lo invisible, donde la materia se convierte en un acto de fe, de presencia y de espíritu.
Su proceso creativo nace desde la observación interior y el silencio, donde cada trazo se convierte en una meditación. En sus piezas, el cuerpo es un territorio espiritual y puente entre lo humano y lo místico. A través de su práctica, Natalia busca que el arte sea una vía de conexión, una experiencia que une lo sensible y permite recordar la belleza que se habita en la existencia misma.