Colección: Ed Gaxiola

Ed Gaxiola

Estudió la carrera de Diseño Gráfico en la ENEP Acatlán UNAM, especialista en manipulación y fotografía digital, cofundadora del despacho de diseño 4 Pixeles, artista plástica con obra de caballete e intervención de muebles y espacios públicos, ha expuesto en Tepotzotlán, Ciudad de México, San Miguel de Allende, Museo Bicentenario de Dolores Guanajuato, España y Viena.

Coordinadora del proyecto “Culturas del mundo” durante 15 años para Grupo Carso.

Ha tomado Talleres de creatividad enfocada al desarrollo creativo y arte-terapia.

Actualmente da clases de arte a nivel primaria y secundaria y cuenta con una certificación en Neuroeducación, al mismo tiempo realiza talleres de Arte para niños de 6 a 12 años en ArteStudio del Ángel.

“Considero que el acercamiento artístico y la creatividad desde edades tempranas es fundamental para el desarrollo humano de cualquier sociedad.”

Ed Gaxiola artista naif que pinta seres alados que se destacan por su estilo y técnica sencilla y sin pretensiones. utiliza colores brillantes y vivos para representarlos.

Su obra invita al espectador a recorrer un caleidoscopio interior, donde los colores, las formas y las texturas se convierten en momentos de emociones intensas.

Aquí la artista Ed Gaxiola experimenta con materiales reutilizados donde el marco forma parte de la misma pieza tratando de evocar lo que se ve a través de un caleidoscopio donde la fuerza del color es muy llamativa y con una temática que representa a personajes cotidianos alados llenos de emociones intensas.

Cuando una emoción nos embarga con fuerza, es fácil abstraerse del mundo. Es como si nos crecieran alas para volar, una experiencia tan intensa que la sentimos en lo más profundo de nuestro ser.

Así las piezas se convierten un viaje hacia lo intimo, un espacio para reconocernos en el reflejo de la emoción.

Cada obra es un susurro del alma, un destello que revela lo que sentimos desde dentro y, a veces, se convierte en un eje motor. La obra en sí es un caleidoscopio donde las emociones se fragmentan y se recomponen en formas, colores y texturas, dibujando mapas invisibles de lo íntimo.

Las piezas invitan a detenerse, sentir y reconocer que detrás de cada fragmento, hay un universo compartido de emociones, un territorio donde todos podemos habitar y encontrarnos.