Mi práctica artística nace del impulso de comprender y habitar mis propios sueños. Desde que tengo memoria he sentido que el espacio onírico es un territorio vivo, un espejo simbólico donde se manifiestan emociones, memorias y deseos que el cuerpo y la mente despierta no alcanzan a nombrar. En mi proceso creativo, tomo las imágenes y sensaciones que emergen del inconsciente y las transformo en materia: dibujo, pintura, instalación o performance, según lo que cada visión demande para hacerse visible. Crear es para mí un acto de sanación. A través de mi quehacer artístico busco reconciliarme con las partes ocultas de mí misma, permitirles hablar y transformar su energía en algo compartible. Este proceso es también un camino espiritual, una práctica de escucha y transmutación donde el límite entre realidad y sueño se diluye. Mi propósito es ofrecer al espectador una experiencia que despierte su propio diálogo interior, invitándolo a reconocerse en los símbolos, las formas y los silencios que emergen del inconsciente.
STATEMENT
La obra de Alexa se nutre del misterio de los sueños, de ese territorio liminal donde lo real y lo imaginario se entrelazan. En su práctica, el sueño no es evasión, sino un espacio de revelación: un lenguaje simbólico que le permite acceder a memorias y emociones que la conciencia no logra contener. Cada creación nace como un gesto de traducción entre mundos, una forma que da cuerpo a lo invisible. Para Alexa Maya, crear es un acto de sanación y reconciliación con las partes ocultas del ser. Su práctica funciona como una forma de escucha y transmutación, donde permite que el inconsciente hable y convierte su energía en algo compartible. En este proceso, los límites entre realidad y sueño se desdibujan, convirtiendo el espacio de trabajo en un umbral donde se manifiestan símbolos, silencios y voces interiores. Su propósito es ofrecer al espectador una experiencia íntima de encuentro consigo mismo: una invitación a reconocerse en los signos y las imágenes que emergen, a abrir un diálogo con su propio inconsciente y a explorar la posibilidad del arte como un puente entre el mundo onírico y la vida cotidiana.