Fernando Cervelló
Quintana Roo, 1993
A R T I S T
Fernando González Cervelló, artista visual empírico con más de 12 años de trayectoria. Su carrera comenzó cuando aún no finalizaba los estudios de preparatoria. En sus inicios trabajó con la pintora Margot Peniche donde aprendió técnicas de dibujo y pintura, llegó a realizar diferentes cuadros al óleo y acrílico para varios hoteles ubicados en la Riviera Maya. Su gusto por las artes lo llevó a visitar un taller de cerámica, donde asistió un par de meses aprendiendo a modelar en barro, cerámica y plastilina.
Su entorno artístico y pasión por el arte lo dirigió a conocer y trabajar con el escultor Marco Corona, un gran maestro en diversas técnicas. Con dicho escultor participó en varios proyectos en la Riviera Maya inclinado a la escultura, escenografía, manejo de polímeros y resinas.
Su ambición por el arte lo llevo a la Ciudad de México buscando otras alternativas donde pudiera crecer y aprender nuevas técnicas. Comenzó a trabajar con el escultor reconocido Pedro Ponzanelli, donde continuó su aprendizaje y realizó varios monumentos escultóricos alrededor de la República Mexicana, colaborando junto con diferentes artistas visuales.
Su experiencia de trabajo con diferentes artistas de renombre, le permitió participar en diferentes proyectos artísticos y estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) donde cursó en diferentes talleres de dibujo, escultura, pintura, grabado y artes plásticas.
“El arte va creciendo y evolucionando junto con uno mismo, es parte de la escancia de la persona que lo manifiesta”
S T A T E M E N T
Soy un escultor que explora el equilibrio entre el pasado, el presente y el futuro a través de mi obra. Mi enfoque se centra en crear piezas surrealistas que invitan a una reflexión profunda sobre nuestra relación con el tiempo y la tecnología. Mi propuesta consiste en realizar esculturas que capturan la esencia de la transformación, inspiradas en tres aspectos: la rica herencia cultural de la civilización maya, la omnipresencia de la tecnología moderna y la posible distorsión corporal que el futuro podría traernos. Cada pieza es una amalgama de estos elementos, donde cada detalle ofrece una experiencia única al espectador.
El proceso que utilizo en mi obra es la técnica de bronce a la cera perdida, un método complejo y antiguo. Todo comienza con un boceto a lápiz que plantea la idea que deseo proyectar. Luego, creo una maqueta estructurada con un armazón de alambre que le da rigidez y modelando con plastilina hasta alcanzar el nivel de detalle deseado. A continuación, realizo un molde de silicona con fibra de vidrio para replicar la maqueta en cera. Esta pieza de cera se detalla y se divide en partes, las cuales se encapsulan. Luego, se consume a altas temperaturas, y el espacio dejado por la cera es ocupado por una aleación fundida de estaño y cobre que, al enfriarse, se endurece y da lugar a las piezas de bronce. Posteriormente, se limpian, se sueldan para unir las partes y se pulen. Finalmente, se aplica la pátina, un proceso que da color a la pieza utilizando ácidos y soplete, para colocarla en su base como paso final.
Lo que me impulsa a crear es una combinación de autocrítica y evolución personal. Creo firmemente que el arte debe ser un reflejo y una extensión de nuestras propias experiencias y pensamientos. Mi trabajo busca desafiar y enriquecer nuestra comprensión de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser.
G A L E R Í A S A L A M A R T E 2 0 2 4