Cada uno de sus cuadros parece una ventana hacia el pasado. De hecho, hace años que Augusto Ferrer-Dalmau recuperó en España el género de la pintura histórica con gran éxito. Primero porque coincidió con el auge de la afición por los temas históricos –libros de divulgación, novelas– de un público creciente que no sabe de ideologías, pero también y sobre todo por el hecho de que la historia de nuestro país estaba huérfana de imágenes. Por eso ha pintado batallas terrestres y navales de la era moderna, de la Ilustración y la época Napoleónica, o soldados de las dos Españas en los siglos XIX y XX. Sus cuadros han ido llenando espacios en museos e instituciones, además de colecciones privadas.
Ahora, el llamado «pintor de batallas» ha decidido crear el «Taller de Artistas históricos Ferrer-Dalmau», una iniciativa de formación que se le ocurrió hace dos años mientras visitaba el Taller Grekov en Moscú, una institución que, desde los años treinta, ha ido nutriendo de obras a las innumerables instituciones rusas, ministerios, embajadas, consistorios, y que hoy funciona como un museo vivo.
Ferrer-Dalmau confiesa bromeando que «España tiene demasiada historia y yo no voy a tener tiempo de pintar todo». Pero lo cierto es que el proyecto nace con cierta ambición de legado suyo. Según relata, desde hace meses mantiene contactos con instituciones públicas y universidades para ver la mejor manera de dar forma al Taller. «Lo que más ilusión me hace es la idea de compartir con jóvenes pintores mi dedicación a la historia, mi manera de sumergirme en las obras y documentarlas. Para lograrlo contaremos con becas remuneradas seguramente de dos años, con el fin de que los estudiantes de últimos cursos de Bellas Artes que quieran apuntarse puedan vivir de su trabajo en el tiempo de formación con nosotros, que será muy exigente».
El «Taller de Artistas históricos Ferrer-Dalmau» estará plausiblemente asociado a una universidad pero sumará recursos y apoyos institucionales públicos y privados. «Queremos tener grandes asesores para que los proyectos sean históricamente solventes: historiadores, divulgadores, escritores... y me gustaría que sea un proyecto abierto a la sociedad». Sobre este punto es enfático: «Quiero que por nuestras redes pueda seguirse la evolución de las obras y también que podamos recibir visitas, grupos, escolares, aficionados, para conocer el trabajo que realizaremos en obras de gran formato, corales, cada una a cargo de tres o cuatro pintores, con mi participación». De momento comenzará así, con becarios, pero también quiere que haya un máster para pintores.
«La idea es que los artistas que formemos tengan un periodo intenso en el Taller, incluso con intercambios con el Grekov, que ya estamos negociando, y que después puedan seguir trabajando por su cuenta, una vez completada la formación. Si los proyectos se suceden, los mejores podrían quedarse con nosotros».
«Hay instituciones, ayuntamientos, incluso empresas interesadas, porque la historia de España está huérfana de imágenes. Solo con haberlo comentado con mis conocidos ya nos están llegando los primeros contactos de ayuntamientos de ciudades que quieren un cuadro de gran formato sobre su hecho histórico más importante. No solo batallas, también milagros o acontecimientos del pasado. Aún es pronto para ofrecer una fecha concreta pero ya no falta mucho para que sea una realidad», dice con indisimulada ilusión.
Sobre el papel se habla de la transferencia de conocimiento, la colaboración público privada, pero en cuanto levanta la vista sus palabras hablan de aprendizaje de la historia, la pintura y escultura, para lo que ya cuenta con el pintor Ricardo Sanz y algunos otros colaboradores. Si cunde, los becarios estarán a un tiempo difundiendo la historia y labrándose un futuro profesional y artístico.
La historia es de todos, «recordar los hechos que vivieron nuestros tatarabuelos no tiene ideología, España es lo que es porque el presente sigue a los miles de hechos históricos, que merecen ser recordados también con imágenes, que entran incluso más fácilmente que los libros, y que explican lo que somos», señala.