De lunes a viernes, de 9.50 a 10, justo antes de que lleguen los primeros visitantes, Javier Sainz, responsable de redes sociales del Museo del Prado, y una persona del museo (especialistas de la pinacoteca, pero también guardias de sala, becarios y expertos externos como biólogos o cirujanos) descubren a través de Instagram aspectos de los cuadros que pasan inadvertidos en una visita. La actividad empezó en 2017, pero con la pandemia y las restricciones de aforo y movilidad el interés por estas explicaciones que desvelan, por ejemplo, que, bajo la estructura triangular de los vestidos de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, hijas de Felipe II, se esconden calzas, camisas y un cartón de pecho para reprimir los volúmenes de las mujeres, se ha multiplicado. Los vídeos suman ahora decenas de miles de reproducciones e interacciones, los más exitosos llegan a las 150.000 visualizaciones.
“En Instagram solo el 30% son españoles, el resto provienen de América Latina e hispanos que viven en Estados Unidos”, apunta Sainz. “Las cinco ciudades desde donde más nos siguen son Madrid, Buenos Aires, Ciudad de México, Barcelona y Bogotá”. Pero Instagram no es la única red social en la que se puede visitar el Prado. En Facebook las cifras se duplican. Y sus cuadros se pueden ver también, entre otras plataformas, en TikTok, donde los responsables buscan al público más joven. Allí ya han superado la barrera de los 100.000 seguidores.